MI VECINO RENUNCIANTE

Rishikesh, 25 de Enero 2007

Queridos alumnos,

Hari Om! Namaste!

Estoy en Rishikesh, Himalaya, en una zona conocida como MUNI-KI-RETI, tierra de Sabios. Alquilo una habitación a pocos minutos de Shivananda Ashram. Desde la ventana veo a la Madre Gangá (Río Ganges). Estoy a sólo unos metros de las sagradas aguas.

Tengo de vecino a un Sadhu (renunciante) bastante joven. Durante el día el clima está lindo, pero cuando se oculta el sol, el frío es intenso hasta que el sol aparece nuevamente al día siguiente.

El Sadhu y yo buscamos a Dios. Pero su camino parece ser muy duro para nuestros delicados cuerpos (y mentes) occidentales. Es mi vecino. Yo vivo adentro del edificio y él vive afuera, a la intemperie. Hace varios días que está allí. Sólo tiene algunas telas y un manto para cubrirse por la noche, cuando se refugia bajo el alero del pequeño templo que está junto a mi habitación. Parece ser instruido, lo he visto leer un libro en inglés y tiene un moderno cepillo de dientes.

El colchón en el que duermo es tan duro que a los dos días de estar usándolo me aparecieron moretones. Saqué entonces el colchón de la otra cama y lo encimé para que fuera más confortable. De todos modos es tan "firme" que puedo practicar Hatha Yoga sobre él, sin hundirme. Pero el Sadhu duerme sobre el mármol duro de los escalones, con sólo una fina manta como colchón.

Aquí no se estila usar calefacción, pese al frío que reseca la piel. Así que, aunque duermo con un cobertor, a veces tengo que hacer un esfuerzo para levantarme porque la habitación está muy fría. Y cuando miro por la ventana, el Sadhu ya no está allí. Ya antes de aclarar, sólo está la manta sobre la que durmió.

Suele haber cortes de luz y el calefón es eléctrico, así que me aseguro tener el agua caliente temprano en la mañana para poder tomar un baño antes de los cortes. Pero cuando miro por la ventana, veo que el Sadhu ya se bañó en el agua helada del Ganges y está lavando su ropa, sólo telas naranjas que envuelven su cuerpo y que suele colgar al sol en la reja de mi ventana.

Todo esto sucede dos horas antes de que veamos el sol.

Me pregunto quién es más libre de los dos.

OM OM OM

Shuchita