La siguiente es una traducción hecha por Shuchita del BHAKTA VIJAYA

 

EL SANTO KABIR

 Nacido en Varanasi hacia el año 1440, Kabir fue un pensador religioso, reformador social y poeta. Se cuentan distintas historias sobre su nacimiento, atribuyéndosele una madre viuda brahmaní que lo abandonó en el Ganges por temor a la reprobación popular; o bien se dice que su nacimiento fue de origen divino y que no necesitó el vientre de una madre.

Donde sí hay coincidencias es en el hecho de que fue el hijo adoptivo – encontrado en el Ganges – de un matrimonio de tejedores de origen mahometano que le enseñó el oficio del tejido en telar.

Miembro de una baja casta de tejedores, se opuso a las tradiciones religiosas imperantes buscando el elemento espiritual capaz de unir a los indios más allá de las diferencias de razas, castas y religiones.

Propuso la devoción – Bhakti Yoga – para llegar a un único Dios. Tuvo discípulos musulmanes e hindúes a quienes quiso unir. Uno de ellos fue Nanak, quien más tarde fundó la religión de los Sikhs – hijos de madre hindú y padre musulmán.

Kabir es un ejemplo de Parabhakti, aquél que ha trascendido las primeras etapas en la vida de un bhakta yogui, superando todo fanatismo y alcanzando un estado de máxima purificación absorbiendo su mente en su Ishta Devata, la deidad de su devoción.

Kabir adoraba a Shri Vishnu, Hari, el aspecto Conservador del Señor que tiene como morada a Vaikuntha. Sus encarnaciones más conocidas son las de Shri Rama, el esposo de Sita (también conocida como Janakí) y rey de Ayodhya,  y la de Shri Krishna, el esposo de Rukminí.

Un Parabhakta, a pesar de tener su conciencia unida a su Deidad, muchas veces prefiere no fundirse con su Ishta Devata para poder seguir sirviéndolo.

Kabir como avatar de Shuka

Una ostra cayó en el río Bhaguirathí (Ganges) y flotó rápidamente. El avatar de Shuka no nació en forma natural,  flotando en el río Ganges llegó hasta el Manikarnika Ghat de Varanasí. Transformándose en un ser con atributos humanos repetía constantemente el nombre de Dios con sus labios. Permanentemente salía un sonido de la ostra; era “Rama, Rama ”.

Justo entonces Kamal, un tejedor musulmán, bajaba a lavar sus hilos. Al mirar hacia abajo, vio la ostra. Entonces, e metió en el agua, abrió la ostra y miró en su interior. Sus ojos contemplaron sorprendidos al bebé que allí había y su corazón se llenó de gozo. Es como si un hombre, sin hacer ningún esfuerzo, encontrara un tesoro, o como si un buscador de una laguna, repentinamente viera el océano de leche (1); o como si de pronto las cuentas de vidrio de un collar se transformaran en perlas; o como si buscando la ciudad de Yama (el semidios de la muerte), uno pudiera encontrar la ciudad de Vishnu (Dios); o como si un hombre buscando una cueva habitable, se encontrara ante un palacio de oro; o como si creyendo que va a escuchar una discusión, pudiera oír alabanzas a Dios; o como cuando un hombre está a punto de asociarse con un ladrón o una persona inmoral, y de pronto el propio maestro espiritual lo visitara. Así fue como, llevando a cabo sus tareas diarias, Kamal encontró al niño en el Ganges.

Este niño era el avatar de Shuka (2) en este Kalí Yuga, un Sabio Universal, un Guru del mundo. Él levantó al bebé y lo llevó a su casa. Con el corazón rebosante de alegría, dijo a su esposa:

“He encontrado un bebé en la Ganga (Ganges), es perfectamente bello, está dotado de las treinta y dos cualidades. Mi querida esposa, cuida de él”.

Oyendo esto, los senos de la esposa se hincharon con leche. Ella crió al niño y desbordó de dicha. Un gran Vaishnava (devoto de Vishnu) había nacido en una familia musulmana y se le dio el nombre de Kabir. Sus padres lo amaron intensamente.

Aún siendo un bebé, repetía el nombre de Dios, y escuchándolo, todos quedaban atónitos. La gente decía, “Nos preguntamos qué buenas acciones realizó en su vida anterior este mahometano ortodoxo llamado Kamal. ¿Cómo es que este bhakta (devoto) de Vishnu, que tan temprano se distingue por sus características espirituales, pudo haber nacido de él?”

Alguien respondió, “fue porque el karma le fue favorable. Si el karma le es favorable a uno, ¿qué necesidad hay del poder del conocimiento? Los nacidos en una casta baja, a menudo son alabados por todos los hombres mediante el poder del karma. Así que esta buena fortuna del hombre es extraordinaria. Un bhakta de Vishnu ha venido a nacer de él”. Tales eran los diálogos entre la gente de la ciudad sagrada.

Indiferencia de Kabir hacia las cosas mundanas

Debido a buenas acciones en su vida anterior, Kabir le había nacido a este musulmán.

Día a día creció y sus padres lo casaron, aunque Kabir siguió viviendo con ellos ya que era apenas un adolescente. Sus padres le enseñaron cómo llevar a cabo sus ocupaciones, pero él no lo tomó con entusiasmo. No le prestaba atención a su vida de negocios. Él no podía distinguir entre lo que le pertenecía a él y lo que les pertenecía a otros. No sabía qué era alegría y qué tristeza. Rendía el mismo respeto a Brahman, a un príncipe o a un mendigo. Si veía un montón de dinero caído delante de él, no tenía deseo de levantarlo. Si un ladrón venía a robarle su dinero, él no hacía nada para protegerlo. Debido a que Kabir adoraba en esta forma a Dios, sus negocios declinaron.

Los de mala conducta y los malpensados se reían al ver la actitud de Kabir. Si un banano se planta en el mismo lugar que un árbol bor, no hay felicidad para ninguno. ¿Cómo pueden el agua y el fuego habitar juntos en amistad? ¿Cómo pueden vivir juntas y en paz una prostituta y una mujer virtuosa? Un miserable y un generoso, un injuriador y un hombre de inteligencia, ¿cómo pueden convivir? Habrá enemistad entre ellos. ¿Cómo pueden estar bien juntas una mosca y una comida exquisita? Un cuidador de cabras y un pandit (3) no pueden vivir juntos en amistad.

Rama teje por Kabir

A pesar de ello, Kabir continuó con su adoración a Dios mientras decaía su prosperidad económica. Los malvados se reían de él. “Tú has tomado a Dios en tu corazón y estás al borde de tu propia ruina. No se vislumbra cómo continuarás atendiendo tu vida familiar”. Ese día, habiendo frotado pasta en sus hilos, Kabir se había sentado ante el telar, pero era incapaz de pensar en sí mismo. Estaba totalmente perdido en la adoración a Rama. Llevando la imagen de Rama a su mente, cerró sus ojos. Toda su concentración estaba puesta en la imagen y el nombre de Dios. Ya no recordaba más su condición corporal. Su madre vino y trató de hacerlo reaccionar.

Ella dijo, “Kabir, no sé que te está pasando ahora”. Creyendo que su madre podría castigarlo, volvió a su conciencia individual y tejió el palmo menor de una prenda. Pero entonces, volvió a quedar inconsciente para el mundo exterior y la imagen de Shri Rama apareció en su corazón.

Viendo esto, el Señor de Ayodhya, Rama, se sentó a tejer el chela (4). El mismo Señor del universo, el Habitante de Vaikuntha, se sentó a tejer. Los faquires se acuestan en camas de clavos y aun así Él no viene a su mente, pero viendo al bhakta Kabir, Él se sentó a tejer el manto. Aquél que no puede ser obtenido mediante el estudio de los Vedas y los Shastras, ni yendo en peregrinación de un lugar santo a otro, Él, el Ornamento de Sus bhaktas, se sentó a tejer el chela.

Una vez vuelto a la conciencia exterior, Kabir, después de un momento, pensó que se tenía que apresurar a tejer. Pero no estaba más consciente cuando el Esposo de Janakí, Rama, vino a su mente. La mente de Kabir alcanzó la calma y contempló que era Krishna, Rama, el que estaba tejiendo. Siempre que Kabir perdía la conciencia, Krishna comenzaba a tejer. Cuando la conciencia mundana comenzó a retornar, Krishna miraba divertido a cierta distancia. Así Kabir y Krishna juntos tejieron el manto, así como cuando el agua del río Sarasvatí se junta con el agua del Ganges y no son más diferentes, del mismo modo Dios y Su devoto tejieron juntos el chela.

Kabir lo dobló, fue a la casa y se lo dio a su madre. Ella dijo entonces, “Ve al mercado, vende el chela y tráeme el dinero”. Kabir respondió, “así lo haré”,  salió de su casa con el manto en la mano y se sentó en el mercado. Cerró sus ojos y trajo a la mente la forma de Shri Rama. Olvidó totalmente que había ido a vender el chela. Teniendo a Dios en su corazón, continuó repitiendo los nombres de Rama en su amor por Él. Los mercaderes entraron el mercado y Kabir se sentó al lado de ellos, pero no apareció ningún cliente con el propósito de comprar el chela.

El milagro del chela (manto)

Debido a que la mano del Dios Supremo , el Señor de Vaikuntha, lo había tocado, a los compradores que lo veían a distancia les parecía demasiado costoso para ellos. Si pensaban comprar un manto de cinco rupias, les parecía que debía costar diez rupias. Si pensaban que lo comprarían por diez rupias, les parecía que valdría veinte. Aquellos que pensaban gastar cincuenta rupias, al verlo presumían que valdría mil. Debido a que les parecía de mucho valor, la gente lo miraba desde lejos. Pensaban, “aunque le pregunte el precio, no tengo dinero para comprarlo”. Así pasaron de largo aun los compradores ricos. Les parecía que salía cien mil rupias. Comentaban, “este bhakta Kabir teje prendas muy costosas, lo que no tenemos dinero suficiente, es inútil venir al mercado”. Pensando así, hombres y mujeres volvían a sus casas. El valor del chela parecía exceder siempre las posibilidades de los clientes. Por ello, ninguno fue a preguntarle a Kabir cuánto valía el manto. Siempre les parecía que valía el doble de lo que ellos podían pagar.

Cuando uno siembra mostaza, cebolla, caña de azúcar o cualquier otra semilla, obtiene una planta de la misma característica. Así parecía el manto de Kabir de una naturaleza diferente a todo el que lo miraba. Uno podría pensar que el oro es homogéneo, pero un adorno hecho con él puede ser de diferentes clases, del mismo modo en que se ve la magnitud de una hoguera, según cómo se haya apilado la leña. Del mismo modo les parecía a los clientes el manto de Kabir, “está fuera de mi alcance, no tengo dinero para pagarlo, para qué voy a preguntar el precio”.

Mientras tanto, el bhakta Kabir, lleno de amor, continuó su adoración a Shri Rama. Cuando el sol comenzó a bajar, la concurrencia comenzó a disminuir en el mercado. Kabir abrió sus ojos y miró a su alrededor. Se dijo, “toda la gente se ha ido y el manto no tuvo comprador; si vuelvo a mi casa, mi madre me castigará”. Pensando así, este bhakta de Vishnu permaneció sentado calmadamente. Justo entonces repentinamente avistó una casa vacía.

Dios, como un brahmana, prueba a Kabir

Kabir rápidamente se levantó, fue y se sentó adentro de la casa. Allí continuó su adoración a Rama con amor y devoción. Así como una nuera piensa “mi suegra me tratará duramente”, también Kabir, temiendo a su madre, se sentó solo en esa casa deshabitada.

Del mismo modo que el sabio Dhruva habiendo sido maltratado por su madre, malhumorado se adentró en el bosque, así también el bhakta Kabir se volvió indiferente a las cosas mundanas y se sentó en esa casa vacía. Así como un sannyasin obtiene su orden superior abandonando toda forma de acción, Kabir se volvió indiferente a sus ocupaciones domésticas y se sentó a adorar a Rama.

Viendo su devoción, Aquél que todo lo penetra, Vishnu, decidió someterlo a prueba. Adoptó la forma de un Brahmana muy viejo, con ropas gastadas y rasgadas. El frío era intenso como sucede en los meses de enero y febrero. Para probar la generosidad de Kabir, El Señor del universo entró tembloroso. Del mismo modo que el hijo de Gadhi, Vishvamitra, entró al palacio para poner a prueba a Harishchandra, este Brahmana habló a Kabir. Con voz tremulante dijo, “estoy viejo, desamparado y pobre. No tengo ropa para vestir. Tú eres un bhakta de Vishnu y muy generoso. Hace muchísimo frío. Si tienes alguna prenda de vestir, por favor, dámela”.

Cuando el Habitante de Vaikuntha, Vishnu, le habló de esta manera, Kabir pensó, “si le digo que no a este brahmana, perjudicará mi deseo de ser bueno”. Entonces, desgarró el manto por la mitad y le dio una pieza al Brahmana. Kabir entonces, lleno de amor, continuó su adoración.

El Brahmana se puso el manto y salió inmediatamente. Luego pensó, “entraré otra vez y veré qué pasa”. Entonces, se transformó en un faquir de anchos ojos y cabello en mata que llevaba adornos hechos de cristal en sus tobillos y un malá en la mano. Entró precipitadamente en la casa para probar la verdad acerca de Kabir.

Cuando el oro se ve opaco, es frotado sobre una piedra de ensayo. Cuando se sospecha que una piedra es falsa, es punzada enérgicamente con un instrumento. Cuando un diamante valioso está en consideración, el experto lo martillea sobre un yunque. Así también, Dios se transformó en un fakir mahometano para probar la mente de Kabir.

Con una violenta risa, se paró en la puerta y llamó a Kabir diciendo, “dame inmediatamente un abrigo. Dios es sin forma y sin cualidades. Has olvidado eso, ¿por qué Lo abandonas y adoras a Rama?”.

Oyendo esa voz desagradable, Kabir replicó en tono suave, “Ser sin forma y al mismo tiempo poseer cualidades es  posible, ambas cosas pueden existir sin ninguna diferencia entre ambas. Si la manteca está dura o derretida, de ninguna manera pierde el carácter de ser manteca. O como cuando se hace un adorno con oro, no por ello éste pierde su brillo. Así, el Inmanifestado, el Ser Eterno ha tomado forma. El que penetra todo el universo ha asumido una forma visible para Sus bhaktas”.

A estas palabras del noble Vaishnava, el fakir respondió, “si tienes algún abrigo, dámelo rápidamente”.

Kabir tomó la mitad que le quedaba de la pieza y se la dio. Entonces permaneció sentado y el fakir se fue.

Así como cuando ha pasado la estación de las lluvias el cielo se vuelve claro; o como cuando el metal es probado y resulta ser oro brillante, así se sentó Kabir para su adoración con la mente en calma. Como cuando el Ganges se ve claro después que el diluvio ha cesado, así desapareció de su mente la preocupación que sintió Kabir cuando no apareció ningún cliente para el chela. Kabir estaba ahora en un estado de regocijo. Satisfecho, se sentó a adorar a Shri Rama. Entonces, el Señor del mundo tomó una decisión.

Dios, disfrazado de brahmana, le cuenta a la madre de Kabir sobre su indiferencia

Con la forma de un brahmana, Krishna fue a la casa de Kabir y le dijo a la madre, “Kabir fue al mercado y los clientes vinieron y preguntaron el precio del manto, pero él no le respondía y permanecía en silencio. Un gran número de clientes se acercó, pero él no les dio ninguna respuesta y llevando al Esposo de Sita a su mente continuó su adoración. Cuando todo el mercado estuvo vacío, llamó a un brahmana, cortó su manto por la mitad y se lo dio, madre. Un fakir entonces le pidió la otra mitad y Kabir se la dio enseguida. Vio entonces una casa vacía y allí sentado está ahora realizando su adoración. Vi a la distancia lo que sucedía y vine inmediatamente a decírtelo. Es mi mayor deseo que puedas ser próspera pero, madre, Kabir no pondrá su mente en cosas mundanas”.

Cuando el Habitante de Vaikuntha habló así, la madre de Kabir se puso furiosa. Se dijo, “cuando vuelva a casa le daré su merecido”. Cuando el Deleite de Sus bhaktas la escuchó murmurar esto, exclamó, “él no volverá a casa pronto. Después que un escorpión ha completado su perjuicio aguijoneando, se esconde en algún otro lugar. Ven conmigo, te mostraré donde está sentado”.

Entonces, tomando a la vieja mujer de la mano, Krishna caminó rápidamente con ella. Pronto arribaron a donde Kabir estaba sentado repitiendo los nombres de Dios. El Señor del universo se lo señaló a la mujer a la distancia. Desde la casa en que Kabir estaba sentado salía el sonido del nombre de Rama. Kabir con Shri Rama en su corazón había perdido su conciencia individual. Perdiendo todo pensamiento de honra y deshonra, perdiendo todo orgullo de reconocimiento público, perdiendo todo pensamiento sobre los objetos de los sentidos, el canto continuado de las plegarias a Rama salía de sus labios. Justo entonces, su madre entró en la casa, y el Señor de Vaikuntha permaneció a la distancia observando la entretenida escena del bhakta Kabir.

La madre de Kabir lo castiga

La madre dijo a Kabir, “trae el manto y muéstramelo, si no lo traes inmediatamente te castigaré”.

Él no le respondió. Manteniendo su mente fija en la adoración a Rama, no se dio cuenta de que había venido su madre y un noble brahmana. Su conciencia estaba totalmente elevada con la forma y el nombre de Dios, y así perdió su conciencia individual.

Su madre se enfureció y le dijo, “estás aquí sentado de una manera estúpida adorando a Rama”. Oyéndola, el Señor de Vaikuntha dijo a la vieja mujer, “has usado un lenguaje áspero con tus labios, pero sientes amor por él en tu corazón. Ahora toma una caña con tu mano y castiga a tu hijo”.

Ella contestó, “no veo nada con lo que pueda pegarle”.

Entonces el Señor creó una caña y la puso en la mano de la mujer. Encolerizada, ella golpeó a Kabir en la espalda, pero él no tenía conciencia corporal estando perdido en su adoración a Rama.

Pero mientras la madre le pegaba, Shri Hari estaba de pie estremeciéndose del dolor. Entonces dijo a la mujer, “tú le estás pegando a tu hijo, pero el dolor lo siento Yo en Mi espalda. La paliza ya es suficiente". Así habló el de complexión obscura.

Como cuando el filo de un hacha hiere la raíz de un árbol, el árbol entero se estremece violentamente, así también cuando ella le pegaba a Kabir, temblaba el Señor del mundo. O como cuando un niño es asustado por una persona mala, su madre sufre; así ella continuó golpeando a Kabir con la caña y Dios se estremecía de dolor. O como cuando un ejército tiene muchas bajas, su rey se deprime; o como cuando un ciervito cae en una trampa su madre siente dolor, así también cuando Su amado bhakta estaba siendo castigado, el Misericordioso temblaba de dolor.

Finalmente, el Esposo de Rukminí exclamó, “ya es suficiente madre” y luego el Infinito agregó. He tenido muchos bhaktas nobles y piadosos, pero ninguno me ha dado una paliza. Ahora reconozco que el bhakta Kabir es superior a Mí Mismo”.

Entonces, el Esposo de Sita dijo para sí, “debo mostrarle Mi forma visible, debido a que me he aparecido ante él con la forma de un brahmana no Me ha reconocido”.

Rama y Sita se manifiestan ante Kabir

Vishnu se despojó entonces de su aspecto de Brahmana y tomó con Su mano el arco y la flecha. Una deslumbrante corona adornó Su cabeza. Sus largos ojos dieron brillantez a Su rostro. De Sus orejas pendían los aros más brillantes. Su pecho era ancho y Su cintura fina. Colgando de Su cuello estaba la más pura de las joyas, la Kaustubha, y la guirnalda Vaijyanti. Alrededor de Su cintura llevaba una prenda amarilla bordada. En Sus pies llevaba los adornos Vanki y Todara. El Esposo de Janakí se presentó así junto con Sita.

Kabir abrió sus ojos y miró. Era como si un billón de soles se hubiera levantado. Viendo semejante Forma, abrazó Sus pies. El Habitante de Vaikuntha dijo, “has pasado Mi prueba, nunca te olvidaré, así como una madre nunca olvida a su hijo. Te he sometido a prueba como el joyero a los diamantes que luego guarda en su tesoro. Ahora te pondré en las profundidades de Mi corazón, siempre mirándote con ojo de preferencia”.

Así habló Vishnu, el Señor del universo, y luego abrazó a la madre de Kabir, “tu buena fortuna, gracias a Mí, nunca podrá ser totalmente descripta”.

Como Dios dijo esto, la madre sintió gran dicha. Ella atrajo a Kabir a su pecho y le dio caricias diciéndole, debido a que te convertiste en mi hijo, he tenido una visión de Shri Rama”.

La madre tomó de la mano a Kabir y lo llevó a su casa. El Esposo de Sita les dijo, “mantengan el pensamiento de Mí en sus corazones”, y habiendo hablado así, desapareció.

El feliz hogar de Kabir

Después de que Shri Rama lo abrazara, Kabir volvió a su hogar. Cuando la madre de Kabir lo golpeó, fue debido a su ignorancia. Después de este evento que le había traído la visión de Shri Rama, ella cambió, si antes acostumbraba a perseguir a Kabir, ahora no le decía nada. Cuando uno recibe la gracia de ver al que penetra el universo entero, todos los problemas se alejan.

Aquellos que obtienen el favor del rey, son honrados por los ministros de éste. Si una suegra se encariña con su nuera, nunca más la denigra. Aquellos que obtienen la gracia de su Guru, no son perturbados nunca más por los renacimientos. Si Sarasvatí, la Diosa de la palabra, les es favorable, los herejes no entrarán en discusión con ellos.

Habiendo recibido el Conocimiento Divino, su madre se entregó a la adoración de Hari. Su mente se volvió indiferente a las cosas mundanas. Para conformar las costumbres populares, ella continuó llevando a cabo sus rutinas diarias en lo que concierne al hogar, pero en su corazón estaba continuamente repitiendo el nombre de Dios llena de amor. Si no tenía en su casa ningún alimento o ropa, su mente no sentía ninguna ansiedad.

La esposa de Kabir era muy virtuosa. Una lámpara y su luz no tienen diferencia una de otra; tampoco hay diferencia entre una palabra y su significado; del mismo modo Kabir y su esposa eran uno. El rayo y la nube existen en unidad; así los dos, Kabir y su esposa, vivían en perfecta armonía. Así como el dulzor y el azúcar nunca se separan, del mismo modo su amor era constante como las fases de la luna.

Kabir, en su vida de hogar, consideraba placer y dolor del mismo modo. De igual manera se comportaba su esposa con firmeza en unión con él.

Nacimiento de Kamal y peregrinación

La esposa de Kabir estaba esperando un hijo que sería una imagen de devoción, conocimiento e indiferencia a las cosas mundanas. En el noveno mes nació el hijo de Kabir. En el momento del nacimiento, su naturaleza era la de alguien indiferente a las cosas mundanas. En materia de pulcritud, era extremadamente puro. Era generoso, sabio y de gran determinación. Su mente no sufría ninguna perturbación. Cuando tenía doce días se le dio el nombre de Kamal. Cuando escuchó a su padre cantar alabanzas a Dios, comenzó a imitarlo en su adoración.

Cuando tuvo siete años, dijo a su padre con voz humilde, “dame permiso para ir a Dvaraka”. Al oír el pedido de su hijo, Kabir le respondió, “ve y satisface el deseo de tu corazón, después retorna rápidamente”.

Siendo muy joven todavía, deseaba visitar lugares sagrados. Viendo esto, la mente de Kabir se llenó de dicha. Del mismo modo que cuando el hijo de un rey desea conquistar el mundo entero, el padre se alegra, así estaba Kabir. O como cuando la marea alcanza su plenitud cuando el mar ve la luna llena, así se regocijó el bhakta Kabir cuando Kamal comenzó a visitar lugares sagrados.

Del mismo modo en que Brahma goza escuchando el canto de Sarasvatí, viendo a su hijo lleno de espíritu de indiferencia al mundo, Kavir y su esposa se llenaron de regocijo. Kamal hizo una reverencia a sus padres y luego partió.

Mientras caminaba solo por el sendero, cantaba los nombres y alabanzas a los actos de Rama. La vida mundana nunca vino a su mente. Él no tenía afición por ropas o adornos. Su lengua no tenía preferencia por el mejor de los manjares. Él no tenía deseos por hipócritas reuniones con el rey. Todo su esmero estaba puesto en adorar a Rama.

Todos conocían al bhakta Kamal como el hijo de Kabir. Cuando entraba a las ciudades, la gente, al enterarse, salía a su encuentro. Así como cuando Narada, el hijo de Brahma, estaba continuamente cantando el nombre de Dios y Sus alabanzas, del mismo modo el bhakta Kamal, estaba entregado a la adoración de Rama día y noche. La gente de la ciudad lo recibía con honores. Él permanecía allí una noche y realizaba un Hari-kirtan.

De esta forma llegó a Dvaraka. En ese momento, su mente estaba llena de recogimiento.

El peregrinaje es inútil sin recogimiento

Si un hombre va de una ciudad sagrada a otra sin recogimiento en su corazón, sus idas y venidas serán en vano. ¿Por qué debería alguien que no tiene hijos buscar acumular una fortuna? Si uno no tiene dinero, ¿para qué va inútilmente al mercado? Si no tiene amor por Dios en su corazón, ¿para qué cantar alabanzas a Él? Si uno no le pone sal a la comida, no sabrá bien. La riqueza de un miserable no llega a aquellos que son dignos de una gracia.

Si un guerrero carece de bravura, ¿para qué va a portar un arma en vano? Uno no debería alegrarse haciendo amistad con un miserable. Si uno no conoce el Gayatrí Mantra, ¿cómo puede llamarse a sí mismo un brahmana? Los adornos son inútiles si se carece de virtud. Si uno no siente compasión por todos los seres vivos, ¿para qué hablar de su propio conocimiento? Si uno no tiene la gracia de Dios, es en vano componer versos. Del mismo modo no tiene resultado alguno ir de un lugar santo a otro sin recogimiento.

Codicia, ira, orgullo y envidia son los peores defectos en una persona. Si no hay arrepentimiento en su corazón, la maldad no será lavada bañándose en lugares sagrados.

El hijo de Kabir estaba ahora en los bancos del río Gomatí, hizo reverencias y comenzó a adorar a Dios con amor. Se sumergió en el río con sus ropas. Allí imploró, “oh Ganges, lava mis faltas y termina con mis nacimientos”.

Habiéndose bañado de esta forma, hizo la marca en su frente, se colgó en el cuello una guirnalda de tulsi y llevando a su mente al Señor de Dvaraka (Krishna), Lo adoró mentalmente (manas puja) y con amor en su corazón, entró al templo. En la gran puerta del templo, se postró en el suelo. Luego, en el recinto interior, abrazó los pies de Krishna. Abrió sus ojos y cantó Sus nombres y grandes actos.

Un mercader da un diamante a Kamal

Viviendo de esta forma, el bhakta Kamal permaneció cuatro meses en Dvaraka y compuso poesías describiendo las buenas acciones de Hari.

Al cabo de cuatro meses en Dvaraka, habiendo obtenido conocimiento por la asociación con los sabios y entrando tres veces al día al templo para ver y adorar a Dios, dejó el lugar. Se postró ante la imagen de Krishna, reverenciándolo, y con amor exclamó, “oh Dios, dame la oportunidad de volver aquí para verte y adorarte”. Diciendo así, inmediatamente emprendió el regreso.

Mientras caminaba solo, vio la ciudad de Chitrakuta a la que entró. Había allí un mercader de nombre Vishnudasa (servidor de Vishnu) sumamente piadoso y generoso. Éste fue y reverenció a Kamal. Deseando darle la bienvenida, lo llevó a su casa, lavó sus pies humildemente y le dio de comer. Por la noche, tuvo lugar un Hari-kirtan y acudió toda la gente de la ciudad. Sus mentes quedaron absortas por los cantos devocionales.

El mercader entonces pensó para sí, “¿qué le daré? Si pusiera ante él una pila de dinero, no se inmutaría”. En la caja fuerte de su casa, tenía un diamante que trajo rápidamente. Hizo que Kamal se  sentara y lo depositó a sus pies diciendo, “este pequeño diamante brillante opacará las lámparas, llévatelo y ponlo en tu casa. Si lo pones ante ti toda la noche, no tendrás oscuridad”.

Kamal respondió, “Kabir se enojará mucho conmigo, teniendo en cuenta su indiferencia a las cosas mundanas. Diamantes y cristales son iguales a mi vista. ¿Por qué me lo das y me instas a tomarlo? El dinero debería ser ofrecido a los brahmanas. Los diamantes y otras joyas deberán ser ofrecidos a los reyes. La comida y las donaciones deberían ser dadas a los demás seres vivos. Tú sabes esto, porque eres un hombre sabio. Uno debería dar ropas viejas a bailarines de cuerda, prestidigitadores y músicos. También debería ofrecer provisiones secas de alimentos a los santos que realizan austeridades. Y a los sannyasins debería dárseles alimentos cocinados delicadamente. A ellos deberías darles túnicas naranjas y dottis.

Pero nosotros somos adoradores de Vishnu, indiferentes a las cosas mundanas, con la mente siempre satisfecha. Si no tengo deseo en mi corazón, ¿por qué me fuerzas a tomar un diamante? ¿Para qué servir alimentos a aquellos que ya están satisfechos? ¿Por qué no se lo das a aquellos que están enfermos por el hambre? Una gran nube puede derramar su agua sobre el mar, pero éste no lo necesita, del mismo modo has traído y me has ofrecido este diamante”.

Cuando Kamal habló así, el mercader se postró ante él e ignorando sus palabras, ató el diamante a la ropa del joven.

Indignidad de aceptar regalos por los kirtans

Enseguida dejó la ciudad y volvió a Varanasi. Entró a su casa y abrazó los pies de Kabir. El hijo depositó el diamante a los pies de su padre y le relató lo que había sucedido.

Kabir se sintió agobiado por el relato y repentinamente se desmayó. Su corazón estaba lleno de angustia y se lamentó en voz alta.

Su esposa vino inmediatamente y tomó los pies de Kabir. La virtuosa mujer dijo a su esposo, “¿por qué estás tan perturbado? ¿Qué mal augurio has visto que ha surgido este sentimiento de tristeza en tu mente?”

Volviendo la espalda a su hijo, dijo a su esposa, “me parece que toda nuestra familia se ha hundido en la vergüenza. Nuestro Kamal ha vendido nuestro buen nombre y ha traído este diamante y por ello, mi buena esposa, he caído en este mar de pena. Es como si uno hubiera despedido a una persona bien versada en los Shastras y trajera a su casa a un ladrón; o como si tirara una botella llena con la sagrada agua del Ganges y tomara agua de la pileta donde se lava la ropa; o como si se deshiciera de libros sagrados para traer a su hogar libros inmorales; o como si vaciara su vaso de néctar y lo llenara con suero de  leche. Del mismo modo, oh esposa, pienso que mi hijo con un secreto deseo ha cometido un grave error. Ha vendido el canto de los nombres de Rama y ha traído aquí un diamante. Por ello, mi corazón está lleno de aflicción y me siento abatido en el suelo”.

Oyendo las palabras de su padre, Kamal se fue, volvió adonde estaba el mercader y le devolvió el diamante. Luego regresó a su casa y reverenció a sus padres.

Él les contó todo lo sucedido. Cuando Kabir oyó su historia, se alegró del mismo modo que un Guru cuando su discípulo se vuelve indiferente a las cosas mundanas; o como cuando una madre ve que su hijo se libera de una enfermedad. Así se regocijó el corazón de Kabir, del mismo modo en que un rey se llena de dicha cuando ve que sus hijos son valientes y de gran bravura. Entonces, viendo a Kamal libre de falta, Kabir lo abrazó. Kamal reverenció los pies de Kabir, se incorporó y fue a adorar a Rama.

Kabir y Kamal como ladrones

Sucedió una vez que un gran número de santos que vivía en lugares sagrados llegó a la casa de Kabir. Ya estaba oscureciendo cuando ellos arribaron. Padre e hijo salieron y se postraron en el suelo. Kamal entró rápidamente a la casa y buscó mantas de lana que trajo a los santos para que se sentaran, diciendo, “oh Swamis, siéntense aquí”. Cuando los santos vieron su actitud, sintieron una gran alegría, como se alegran los hombres cuando densas nubes aparecen y derraman su agua después de una gran sequía, o como después de haber puesto pabilo y aceite en una lámpara, se alegra al ver la luz brillante.

Kabir se apartó y dijo a su esposa, “debemos dar a estos bhaktas algo de comer. Han venido a nuestro hogar, si permitimos que se vayan a dormir con hambre, perderemos nuestra reputación de benevolencia”.

Pero, en ese momento, no tenían nada de comida en la casa; por lo tanto, el apuro de la pareja era inmenso.

Al oír a Kabir, la esposa dijo, “oh señor de mi vida, no veo qué se puede hacer. Aunque  les pida algo prestado a nuestros vecinos, no nos darán nada. Podríamos ir al mercado y comprar, pero no tenemos dinero. La única solución es que lleves a tu hijo, robes algo y lo traigas. Fuerza la entrada de algún negocio del mercado donde haya abundancia de alimentos, trae lo que robes y sirve comida a estos santos”.

El bhakta Kabir asintió. Tomó una espada, el hijo Kamal tomó una barra de hierro y partieron. Entraron al mercado y rompieron la puerta de un negocio. Kabir metió a su hijo en el almacén y permaneció afuera. Era medianoche y el mercader estaba en sueño profundo. Kabir le gritó a su hijo que se apurara. Cuando Kamal miró en el interior, vio pilas de dinero, ropas y adornos. Viéndolos, tuvo un sentimiento de disgusto. El chico sacó harina, arroz, azúcar, arvejas, manteca, azúcar cristalizada y se las dio a Kabir.

Honestidad aún en el ladrón

También sacó cúrcuma, asafétida, semillas de comino, sal, vegetales y platos hechos con hojas secas. Era la provisión necesaria para dar de comer a los santos. Del mismo modo que un hombre sediento bebe sólo lo suficiente para aplacar su sed y sale del río, o como cuando un hombre hambriento recibe abundante comida, pero sólo come lo que su estómago necesita, o como cuando un cisne real separa la leche del agua para beber, así también, cuando Kamal vio con sus ojos ropa, adornos y montones de dinero, desechó todo eso y tomó sólo lo que necesitaba para servir a los santos.

Cuando salió del negocio, un pensamiento vino a su mente, “el mercader está dormido, debo despertarlo. Si el propio enemigo está dormido y uno lo mata en ese estado, o si uno injuria a alguien por la espalda, cae en los horrores del infierno. Es como si en una batalla, uno persiguiera a un enemigo en fuga. Yo soy un bhakta de Vishnu y sé lo que es correcto y lo que no lo es. Despertaré al mercader y escaparé corriendo rápidamente.

Entonces se deslizó a donde dormía el mercader y le palmeó en la espalda diciendo, “deberías estar despierto. Somos dos ladrones que hemos roto tu puerta y hemos entrado a tu negocio. Nos vamos con elementos para preparar comida. Te digo esto”.

El mercader se sentó, pero Kamal comenzó a correr. Cuando estaba pasando por la estrecha abertura, sintió que le tomaban los pies. Cuando la mitad de su cuerpo estaba afuera, el mercader lo atrapó. Es como si un ciervo escapara de una trampa y se metiera en un bosque lleno de cazadores. O como si un cisne se metiera en el lago manas y repentinamente fuera capturado por un ladrón, o como el pájaro que se pasea en un jardín de flores y de pronto es capturado por un cazador.

El niño Kamal entonces llamó a su padre, “todos nos tendrán de ahora en más como los ladrones de la ciudad, así que corta mi cabeza y vuelve corriendo a casa. Si tienes en tu mente cualquier idea de amor, de que soy tu hijo, será la pérdida de tu reputación de benevolencia. Si la gente se entera de la historia de tu robo, los santos no vendrán a tu casa; así como las esposas virtuosas, al enterarse de que hay prostitutas presentes, se levantan y se van; o como cuando los descastados llegan a una casa y los eruditos en los Shastras no permanecen allí; o como cuando una persona buena oye que critican a su Guru, se levanta y se va; del mismo modo, oyendo la historia de tu robo, santos y sadhus se irán. Así que, oh bhakta de Vishnu, océano de paz, completa todas las buenas cualidades y escúchame. Aleja toda idea de amor y de que te pertenezco, y corta mi cabeza con tu propia mano”.

Escuchando a su hijo, Kabir se complació. Tomó su sable y cortó la cabeza de Kamal. Entonces hizo un atado con los alimentos y rápidamente regresó a su casa. Allí contó a su esposa lo sucedido.

Los santos comen en la casa de Kabir

Ningún santo le había pedido comida a Kabir y aún así él mató a su propio hijo. Este acto no tienen igual, ningún pozo de agua, aunque profundo, puede compararse al mar. ¿Qué puede ser más sólido que la tierra? ¿Qué puede ser más vasto que el espacio? ¿Qué vaca es superior a la que satisface todos los deseos (kamadhenu)? ¿Qué poeta puede ser igual a Valmiki que declaró eventos futuros salidos de su concentración? Se puede buscar por todas partes y no encontrar un bhakta tan noble como Kabir.

Kabir puso el atado en el piso y le dio la cabeza de Kamal a su esposa. Su amor maternal la abrumó y fluyeron lágrimas de sus ojos, “oh mi hijo, eres de gran fortuna. Has sacrificado tu cuerpo por los santos. Viniendo a esta existencia mundana, has hecho tuyo a Shri Rama. Así has salvado a toda nuestra familia”. Diciendo esto, la esposa de Kabir contuvo su sentimiento gracias a su coraje. Tomó los alimentos y comenzó a cocinar. Mezcló todos los diferentes elementos en un exquisito plato y sirvió la comida a los santos, diciéndoles cuando les servía, “este es un día bendito, he visto los pies de los santos”. Kabir les dio colchonetas de paja y los sirvió. Al amanecer los sadhus se levantaron.

El cuerpo de Kamal atado a un poste

Después de sus ritos devocionales de la mañana temprano, estos Vaishnavas fueron a tomar un baño al Ganges.

Mientras tanto el mercader salió de la casa y gritó fuertemente. Oyendo esos gritos toda la gente acudió rápidamente. Fueron a donde estaba el ladrón y vieron su condición. “Su cabeza ha sido cortada y llevada, ¿quién podrá reconocerlo ahora?”, decían. Remarcaban al mercader, “tu karma actúa en forma muy curiosa. Uno de los ladrones le ha cortado la cabeza a este joven y se la ha llevado. Dios te ha protegido. Si no hubiera sido así, te encontrarías en verdad con una calamidad. Cuando uno tiene una gran cantidad de dinero consigo, no duerme solo. En posesión de dinero, hay gran peligro continuamente. Si uno ama su dinero, sus amigos y hermanos se vuelven sus enemigos. El dinero trabaja de dos maneras, salva y mata. Si uno está confinado en la corte del rey, el dinero puede procurar su libertad. La decapitación de este ladrón debe haber sido por dinero. Debes haber tenido buenas acciones en la vida anterior, por ello has salvado tu vida. Tal vez no eran ladrones, deben haber sido muy buenos hombres. Había un montón de dinero en tu negocio, ¿cómo es que habiendo ropa y adornos, sólo tomaron un poco de alimentos? Nos parece muy extraño”.

Así discutían el tema los distintos vecinos, expresando sus variadas opiniones.

El mercader se fue rápidamente y reportó el hecho al rey diciendo, “dos ladrones rompieron la puerta de mi negocio y entraron. Los atrapé en el momento en que se llevaban comida. Uno de los ladrones cortó la cabeza del otro y se la llevó”. Oyéndolo decir esto, los presentes se sorprendieron. El rey, sin embargo, estaba muy disgustado y dio la orden a los oficiales diciendo, “aten a un poste el cuerpo del ladrón, debe ser castigado”. Los oficiales cumplieron la orden inmediatamente.

Dar un castigo a un cuerpo muerto, entrar en discusión con una persona de gran habilidad mental, empezar una pelea en un país extranjero, son todas malas acciones para la gente sabia.

Los santos reviven a Kamal

Los santos y sadhus habían ido a bañarse al río. Realizaron su adoración a Dios y retornaron a la ermita de Kabir. Despidiéndose de éste, emprendieron su camino. Kabir les saludó con Namasté y los acompañó para verlos partir. La esposa estaba llorando amargamente. Ella se postró ante los santos y dijo, “¿cuándo volveré a ver sus pies otra vez?”. Habiendo hablado tan humildemente a los santos, los dos los acompañaron para verlos por última vez.

Cuando ellos salieron de la ciudad, tuvo lugar un evento extraordinario. Cuando los santos iban caminando por el sendero, repentinamente vieron a la distancia un cuerpo sin cabeza atado a una estaca. Cuando se detuvieron un momento a observar sucedió algo sorprendente. Kamal juntó sus manos e hizo Namasté a los santos y sadhus. Hombres y mujeres estaban atónitos ante semejante acto inusual. Les parecía increíble que un cuerpo sin cabeza hiciera Namasté.

Los santos y sadhus dijeron a Kabir, “el cadáver nos está haciendo Namasté, ¿cómo es que la vida aún está en un cuerpo sin cabeza? Cuándo un árbol es derribado, ¿mostrarían sus ramas repentinamente signos de vida? Si se le sacara las plumas a un pájaro, ¿sería capaz de volar por los aires?  Si se le sacara las cuerdas a la vina, ¿podría un músico extraerle hermosos sonidos? Por ello, viendo un cadáver con vida, nuestras mentes se sorprenden”.

Kabir juntó sus palmas y dijo a los santos, “Bhishma yacía en un lecho de flechas y aún así la vida permanecía dentro de su cuerpo. Abhimanyu, para poder contarle a su padre Arjuna su pesar cuando cayó en el campo de batalla, mantuvo la vida en su cuerpo con gran valor. Cuando el buitre Jatayus fue gravemente herido  por Ravana tratando de salvar a Sita, en su deseo de ver a Shri Rama mantuvo la vida en su cuerpo con valor. Del mismo modo, este ladrón era un Vaishnava y tenía un gran deseo de reverenciar vuestros pies. Por ello conservó la vida. Ahora dejará su cuerpo perecedero y vivirá en su morada eterna”.

Oyendo esto, los santos preguntaron, “¿quién era este ladrón?”. Entonces Kabir les relató todo lo ocurrido. Los Vaishnavas dijeron, “siendo que no habíamos pedido comida alguna, ¿cómo es que Kabir mató a un hijo tan bueno como Kamal?”.

Entonces el noble bhakta respondió, “todas las cosas terrenas son perecederas. Todo lo que se vea con forma debe desaparecer al final. Supón que yo no hubiera matado a Kamal, ¿habría por ello permanecido inmortal?”

Oyendo esta observación, los santos sintieron gran compasión y dijeron a la esposa de Kabir, “ve, trae la cabeza y muéstranosla”. Ella corrió hasta la casa y rápidamente trajo la cabeza de su hijo a los santos. Cuando los piadosos Vaishnavas la vieron, se sintieron conmocionados. Sacaron el cuerpo del palo y colocaron la cabeza sobre él. Hombres y mujeres miraban lo que ocurría enmudecidos. Cuando los santos colocaron sus manos sobre la cabeza de Kamal, éste revivió, se levantó y los reverenció.

Todos los habitantes de Varanasi se postraron ante Kabir. Ellos comentaban, “este Vaishnava es supremamente sabio, un completo sabio para todos los de mente limitada”.

Kabir llora ante el sonido de un molino

Una vez el padre de Kamal entró al mercado de noche. Estaba adorando a Shri Rama lleno de amor. Tocó una vina y cantó alabanzas a Dioscon dulce voz. Trajo a su imaginación la imagen de Shri Rama y cantó con el corazón rebosante. Su mente rechazó todo afecto, honor, orgullo y deseos erróneos. Alejó todo vestigio de egoísmo y de pensamiento de “yo” y “tú”, y se entregó a la contemplación de Shri Rama.

Allí también estaba la esposa de un mercader sentada moliendo. Cuando el bhakta Kabir oyó su molienda, su corazón se llenó de emoción. Él se quedó allí y lloró profundamente. La gente al verlo se reía y se preguntaba por qué lloraría. Uno de ellos dijo a Kabir, “¿por qué estás llorando? ¿Quién te ha causado problemas? Dínoslo”. Mucha gente le preguntó lo mismo, pero él no les contestaba. Decía para sí, “esta gente no puede aliviar mi pena; si uno le cuenta su pesar a alguien que ya está angustiado, su dolor aumenta. Si una rana se hace amiga de una serpiente, esta última no le dará la más mínima alegría. Un pandit sabio no le haría preguntas a un ebrio sobre buenos pensamientos y cuestiones morales. Un hombre precavido no tomaría el remedio de un hombre enfermo. El pájaro Chataka no tomaría agua del río aunque estuviera muy sediento. Un brahmana, al ver a la distancia a un descastado, no pronuncia bendición alguna. Del mismo modo, un hombre sabio e inteligente no habla en privado con un injuriador”.

Así, cuando estos avariciosos amantes de la riqueza le preguntaban a Kabir qué le pasaba, él no les daba ninguna respuesta y continuaba llorando amargamente.

Se decían, “Kabir se ha vuelto loco, está llorando sin motivo en el mercado”.

Nipat Niranjan consuela a Kabir

Justo entonces, un sadhu llamado Nipat Niranjan llegó al lugar. Se acercó a Kabir y le dijo, “¿por qué manifiestas tanta pena?”. Cuando Kabir abrió los ojos y miró, vio un océano de conocimiento delante de él. Entonces, tomando coraje le respondió, pensando para sí, “si le cuento la verdad, aliviará al menos en parte mi dolor”. Entonces, habló de la siguiente manera, “una persona enferma siente alivio cuando le cuenta de su dolor a un buen médico”. Así como una nuera no vacila en contarle sus problemas a su propia madre; o como un buen discípulo, si tiene dudas en su mente, se las plantea a su Guru; así el padre de Kamal, contó la causa de su llanto al sadhu Nipat Niranjan.

Kabir le dijo, “oh buen maestro, mi corazón está lleno de recogimiento. Tú, amable señor, me has preguntado qué me sucede en términos afectuosos. Escucha, te diré porqué estoy llorando. Cuando vi el molinillo girar, vi los granos de  trigo transformándose en harina. Tal es mi condición. He caído en las piedras moledoras de la existencia mundana. Me ha embargado el temor y por ello he manifestado este intenso llanto. ¿Quién sino tú podría quitar las penas de esta existencia mundana?”

Oyéndolo, Nipat dijo, “¿Por qué te lamentas en vano? Cuando escuchaste la rueda del molino, tu mente sintió arrepentimiento. Entonces, oh bhakta de Vishnu, despejaré tus dudas sobre esta cuestión. Cuando sueltas el puntal central y vagabundeas, te vuelves como la harina en el molino de la muerte. Así como el grano en el molinillo si se adhiere al puntal central no es transformado en harina, también quienes son devotos a la adoración de Dios no son capturados por la rueda de nacimientos. Eres valiente teniendo en cuenta tu rectitud e indiferencia a las cosas mundanas. Eres una montaña de paz y misericordia; si ves las cosas temibles en un sueño, ¿por qué les temes en vano?”.

Al escuchar tan sabias palabras, Kabir despertó a  la verdad y los dos se abrazaron con alegría.

Estos nobles Vaishnavas se hicieron Namasté uno al otro. Kabir luego dejó el lugar y retornó a su ermita. Una vez allí, cantó muchos versos de alabanzas a Hari y realizó Kirtans lleno de regocijo y devoción.

No tener un Guru es como no tener nada

Un día, Kabir pensó, “el que no tiene un Guru en esta existencia terrena, debería ser llamado ‘un hombre sin vida’”. Es inútil llevar una vida doméstica sin una esposa, como son inútiles los adornos en una mujer sin la marca roja en la frente (señal de que su esposo está vivo). Si un árbol crece pero no da frutos, si un rey nace sin poseer valor, si uno cocina la comida sin usar sal, la falta de sal hará a la comida inútil; o como un cuerpo joven sin vida; un banquero sin dinero; o un oficial sin autoridad; ¿qué valor tienen? La estación de las lluvias sin una nube, un gran lago sin agua, un choclo sin granos, ¿qué valor tienen? Un hogar parece vacío sin un amo, un servicio de plegarias sin amor es como el canto de canciones obscenas. Como la amistad sin ningún respeto o como el conocimiento sin ninguna compasión, ¿por qué debería aceptar el estado de Sannyasin sin ningún arrepentimiento? No puede haber disfrute sin dinero, ni observancia religiosa sin ninguna regla, entonces, ¿por qué debería ser llamado santo aquél que no tiene paz? Así como el pájaro Chataka parece no tener belleza cuando aparece la luna, el ser humano ha experimentado muchos nacimientos en vano si no ha tenido un buen Guru”.

“Debo ir con sentimiento de reverencia y suplicante ante el sannyasin Swami Ramananda”.

Habiéndolo decidido así, permaneció con determinación. Cuando Sitá, después de ver a muchos reyes con sus propios ojos, vio la forma de Rama, su corazón Lo eligió instantáneamente. Cuando la hija del rey Bhumaka (Rukminí) oyó de la hermosa forma de Shri Krishna, pensó en tenerlo como esposo. Así fue que Kabir mantuvo el deseo por el polvo de los pies de Ramananda.

Un día, estando solo, repentinamente se levantó, se dirigió a la ermita de Ramananda y humildemente abrazó sus pies. Permaneciendo primero a distancia Kabir rogó a Ramananda diciendo, “tu grandeza debe mostrar compasión hacia mí”. Cuando Ramananda oyó la voz de Kabir, tapó con sus dedos sus oídos, fue a su cueva y se sentó solo en su estera. Kabir permaneció afuera y dijo con voz suave y dulce, “humilde y desvalido, estoy a tu puerta. Dadme tu confianza y satisface mi deseo”.

Ramananda dijo a Kabir, “eres nacido en una familia mahometana. Por ello no puedo darte instrucción. Todo hombre sabio sabe que la semilla no debe sembrarse en un campo sin antes haber estudiado su suelo. Antes de otorgar una gracia, se debe buscar a alguien merecedor de ella. Cuando se da una hija en matrimonio, uno debe elegir al esposo adecuado”.

Kabir respondió, “he determinado venir a tus pies. Para ello, no he escatimado esfuerzo en cuerpo, palabra o mente. La luna ama al pájaro Chator, pero aún si el amor no es exclusivo, Dios complacido vierte su néctar sobre ella. ¿No debería el sol expresar su intenso amor por los lotos cuando abren, a pesar de que no se abrirán cuando algo los ataque? Haciendo una imagen de arcilla del maestro Drona, la reverencia de Koli dio sus frutos. Así he abrazado los pies del Swami con cuerpo, palabra y mente”.

Habiendo hablado así, Kabir otra vez se postró con amor ante el Swami. Entonces volvió a su casa rápidamente con su mente llena de intenso amor.

Un día, sentado solo pensó, “debo oír el sonido del nombre de Rama de los labios de mi Swami. ¿Qué método puedo adoptar para que el polvo de sus pies se adhiera a mí?” Entonces cavó una zanja en el sendero y se echó en ella. Los lotos en el lago Manas cierran sus pétalos en la noche y se dicen, ‘¿cuándo aparecerá el sol? Hará regocijar nuestro corazón’. Como uando el pájaro Chataka desea ver la luna, como cuando un niño con hambre espera la llegada de su madre o como cuando ha habido una gran sequía, los hombres anhelan las lluvias, así el bhakta Kabir, en su amor, esperó la venida de Ramananda. Pero sucedió que faltando cuatro horas para que se termine la noche, el Swami Ramananda fue por su camino a tomar un baño en el Ganges. Mientras caminaba rápidamente, sus pies tocaron a Kabir y exclamó, “¡Rama, Rama! ¿A quién han tocado mis pies?”.

El bhakta Kabir, habiéndolo oído decir esto, se levantó y dijo, “tú, Swami, hoy me has hecho un gran favor. Tus pies accidentalmente tocaron mi frente, y he oído el mantra ‘Rama, Rama ’. No veo a nadie más afortunado que yo en los tres mundos. Todas las buenas semillas que he sembrado en mis innumerables nacimientos hoy han dado sus frutos. Hoy, nacimiento y muerte han cesado para mí a través del toque de los pies de mi Guru. Si el karma viene en nuestra ayuda, los granos de arena pueden transformarse en brillantes diamantes. Si el agua de un pozo contiene sal, el karma puede transformarla en néctar”.

Así el bhakta Kabir, en su amor, danzó delante del Swami Ramananda. Su corazón sintió un intenso regocijo, porque estaba lleno de felicidad. Era como un hombre hambriento recibiendo comida exquisita, como si una nube derramara su agua sobre un árbol marchito, como cuando el esposo de Sachi dio de beber néctar a un hombre moribundo, como cuando un hombre pobre encuentra un montón de dinero, como cuando un hombre enfermo recibe un remedio celestial, como un hombre que busca la liberación final al asociarse con la bondad, no puede contener la alegría que siente, como cuando una joven que está viviendo con su suegra se encuentra con su propia madre, como cuando una persona pobre obtiene la vaca de los deseos o como cuando un rey gana su asiento en el trono gracias a su poder. Todos ellos tienen una alegría inmensa. Como cuando Bhagiratha trajo el río Ganges desde el cielo, tuvo júbilo en su corazón, así estaba reconfortado el corazón de Kabir.

Swami Ramananda sonrió sorprendido por lo que había sucedido.

Ramananda prueba a Kabir

De todos modos se mantuvo en silencio y continuó su camino al Ganges, diciéndose, “nunca he visto a alguien tan determinado como él parece estar. Así que lo haré sufrir un poco y pondré a prueba su mente, al igual que un experto funde y examina una clase inferior de oro, o como un experto busca descubrir el verdadero diamante poniéndolo sobre el yunque y golpeándolo con un martillo, o como cuando Vishvamitra puso a prueba a Harishchandra, así asumiré una ira aparente y pondré a prueba a Kabir.

Un día Kabir fue al bazar cantando y danzando con dicha. Lágrimas de felicidad fluyeron de sus ojos en la plenitud de su amor. Mientras danzaba de goce, se dijo a sí mismo, “teniendo en mi corazón los pies de loto de mi Guru Ramananda, mi mente siente plena de dicha”. Él estaba así cantando en su amor. Ramananda oyó de lejos. Se quitó sus sandalias de madera y dijo enojado a Kabir, “te llamas mi discípulo sin ninguna razón para ello, ¿cuándo te he dado instrucción? ¿Qué testimonio has empleado para probar que eres mi discípulo? Dímelo”.

Diciendo así, le pegó a Kabir en la cabeza con su sandalia. Así como una madre manifiesta enojo exterior hacia un hijo, como un maestro apremia a su discípulo para que gane en conocimiento o como un hombre marca su ganado para alejar todas las enfermedades, de la misma manera, para probar la determinación de Kabir, Ramananda lo golpeó en la cabeza con su sandalia. La sangre fluyó libremente, pero Kabir estaba feliz y dijo, “En la presencia de todos, has golpeado mi cabeza con tu sandalia. Este acto proclama lo que todos deberían saber, que soy tu discípulo. He designado como mis testigos al agua, la tierra, el aire, el espacio, la luz y Dios, de que he puesto mi servicio a tus pies”.

Cuando el bhakta Kabir dijo esto, el buen Guru estuvo muy complacido. Levantó a Kabir y puso su mano en la cabeza del devoto diciendo, “viendo tu determinación, estoy complacido de que hayas pasado mi prueba. Ahora repite con alegría el mantra ‘Rama, Krishna’ y canta Sus alabanzas día y noche”.

Cuando el Sadguru le dijo esto, Kabir se llenó de dicha, compuso versos de diversas clases y cantó las bondades de Shri Rama. Dejando de lado todos los deseos erróneos, todas las esperanzas de honor popular, apartando todos los deseos sensuales, dejando de lado todo orgullo de conocimiento, cantó continuamente alabanzas a Dios. Toda la gente de Varanasi decía, “Bendito eres”. Pero tan alta reputación se volvió intolerable para las personas malpensadas.

Persecución pública de Kabir

Cuando los malpensados oyeron los elogios al bueno de Kabir, tuvieron dudas en sus corazones. Así como cuando el sol se levanta, las lechuzas se avergüenzan y se ocultan, o como cuando el miserable escucha los elogios dados al caritativo, su mente se consume con la malicia, o como cuando una prostituta se vuelve iracunda cuando oye los elogios dados a la mujer honrada, tan pronto como la reputación de Kabir se difundió, los vilipendiadores comenzaron a buscar faltas en él.

Entonces se reunieron en privado y discutieron el tema, “a través del servicio inusual rendido por el bhakta Kabir a los santos, su reputación se ha incrementado mucho. Pero él mató a su hijo con su propia mano y los santos lo volvieron a la vida. Traigamos a una compañía de santos y buenos hombres a la casa de Kabir sin que éste lo sepa. Escribamos cartas a estos Vaishnavas y hagámoslos venir un día determinado. Cuando Kabir vea con sus propios ojos el gran número de santos venidos de improviso, disparará. Debería tener lugar una gran asamblea de esos santos, Kabir se disgustará con ellos y éstos lo maldecirán sin que ninguna censura caiga sobre nosotros. Así como después de comenzar una pelea entre los demonios y los dioses, el hijo de Brahma (Narada) los miró divertido. Del mismo modo, habiendo comenzado una lucha entre los Kauravas y los Pandavas, Shakuní los miró a la distancia. Nosotros también invitemos a un gran número de santos y deshonremos así al bhakta Kabir”.

Tal fue el plan que los malvados prepararon. Escribieron cartas en el nombre de Kabir, las enviaron a Haridvar, Mathura, Gokula, Vrindavana y también a la ciudad de Dvaraka. Todos los Vaishnavas fueron invitados a venir un día determinado en nombre de Kabir. También enviaron mensajes invitando a todos los mendicantes que vivían en ciudades sagradas. Decidieron no informarle nada de esto a Kabir. Si esos santos llegaran de improviso, ¿qué haría él? Si hubiera una gran reunión de cien mil o más en un día especial, ¿quién podría hacer que él les provea comida a todos? Así que ellos gastaron su propio dinero en invitar a los Vaishnavas. Los malvados arreglaron el desconcierto de Kabir, para poder sacar a la luz sus faltas. Así, con pensamientos viles en su mente esta gente invitó a innumerables santos.

Dios sirve a los santos en distintas formas de Kabir

Habiendo escuchado la lectura de las cartas de Kabir, los santos inclinaron sus cabezas en alabanza y llegaron en la fecha fijada. Una innumerable cantidad de santos llegó desde el Este, el Oeste y el Sur. Kabir se inclinó ante ellos y amorosamente los abrazó. Viendo tal enorme reunión de Vaishnavas, el santo Kabir se llenó de gozo. Él dijo, “hoy es un día muy feliz, porque he visto a los Vaishnavas con mis propios ojos”. Los de mente torcida comenzaron a menear sus cabezas en mofa, “veamos qué sucede”. Mirándose unos a otros se aplaudían.

Enterándose de lo que sucedía, el Habitante de Ayodhya, el Esposo de Janakí, Rama, se dijo, “no puedo soportar ninguna necesidad en Mi bhakta por Mi conveniencia. Kabir está totalmente desapegado de los pensamientos mundanos. Ahora que se ha producido tan grande reunión de santos, debo ayudarlo y protegerlo”.

Los Vaishnavas de las ciudades sagradas llegaron repentinamente y acamparon a orillas del Ganges. El Señor del mundo viendo esto, llegó para liberar a Kabir de su apuro. Se transformó en tantos Kabirs como Vaishnavas llegaron. El Sostenedor del arco, Rama, asumió para la ocasión infinitas formas. Hari adoptó la forma de Kabir y sirvió a cada uno de Sus devotos.

Los malvados creían que verían algo gracioso, pero quedaron atónitos ante semejante visión. Y tomándose de las manos se metieron en la reunión para investigar. Cuando vieron con sus propios ojos un infinito número de Kabirs, se llenaron de espanto. Dios sintió gran placer en servir a Sus bhaktas. Se vio Su maravilloso poder de crear apariencias al asumir las distintas formas de Kabir.

Cuando hombres y mujeres buscaban hacer una broma, vieron a Kabir por todas partes. Cada Kabir servía a los santos con reverencia y cuidado. Uno lavó los pies de los santos, el Otro les dio un baño, Otro preparó la pasta de sándalo usada para la adoración a Dios. Otro se paró delante de ellos con las palmas juntas. Otro masajeó sus pies. Otro sostuvo las sandalias de madera. Tales fueron las formas ilusorias de Hari. Uno cantaba ante ellos y Otro les daba de comer. Ayudó a algunos a recostarse en camas, y se sentó con ellos. Para algunos de ellos, Krishna habló en tiernos tonos. A otros les dio de beber el jugo “kusumba”. El Salvador del mundo les dijo a algunos “apresurémonos a ir al templo”. A otros les dijo constantemente “muéstrame tu gracia”. En la frente de algunos colocó la marca de pasta de sándalo blanco. Hizo guirnaldas de tulsi, se las puso y sostuvo un espejo frente a ellos. Shri Rama puso las guirnaldas con Sus propias manos. El Señor del mundo se sentó ante ellos y los masajeó con azafrán y pasta de sándalo. En la frente de otros puso musk. Él les puso ropas y adornos. A otros los apartó y les pidió que Le enseñaran el conocimiento del alma. Tomó las sandalias de otros y con gesto de reverencia las sostuvo en Su cabeza. Ante otros, Hari cantó bellas canciones. Para algunos preparó un lecho de hierbas y los recostó para que durmieran.

Innumerables personas se sentaron a comer y entonces el Señor del mundo los sirvió. En Su amor, les dio agua para beber. En algunos lugares, Krishna estaba haciendo guirnaldas y colgándolas de sus cuellos. En otros sitios, Él tenía abanicos y los deleitaba con una fresca brisa. En otras partes, escuchaba las lecturas que ellos hacían de libros sagrados. Si otros iban a bañarse, Él los acompañaba. El Habitante de Vaikuntha les decía a algunos santos, “dime qué puedo hacer por ti”. A otros les daba una comida ligera sentándose junto a ellos. El esposo de Rukminí encendió el pabilo de las lámparas. Así como el sol se refleja en muchas vasijas con agua al mismo tiempo, así también el Omnipresente Krishna se manifestó en las distintas formas de Kabir.

Así, Krishna, viendo la amorosa devoción de Kabir, asumió diversas formas. Hombres y mujeres vieron la asombrosa escena y se preguntaban qué estaba sucediendo.

Los bhaktas Vaishnavas permanecieron en la sagrada ciudad de Varanasi durante tres noches. Todo ese tiempo, el Señor de Vaikuntha los sirvió amorosamente. Cualquier cosa que desearon, Él se las suministró. El Esposo de Sita, habiendo visto marchar a esos santos Vaishnavas, se volvió invisible.

Arrepentimiento de los perseguidores de Kabir

Entonces, los malvados arrepentidos fueron ante Kabir y abrazaron sus pies. Ellos dijeron, “tú eres un devoto de Vishnu, te hemos dado enormes problemas, pero Rama ha venido en tu ayuda y ha incrementado tu extraordinaria fama. Las polillas tratan de apagar el brillo de la llama de una lámpara, pero éste no se apaga. El odio de la luciérnaga no puede ocultar la brillantez del sol. Aunque los Kauravas querían quemar a los Pandavas en el palacio de cera, no pudieron hacerlo. El fuego interno del océano trata de consumirlo, pero éste no puede ser consumido”.

Diciendo así se postraron una vez más en el suelo. Alejaron de sí su irrazonable resentimiento y amorosamente cantaron alabanzas hacia su bondad y buen nombre.

 

OM

Prólogo

La obra poética de Kabir es muy vasta y destaca su grandeza espiritual. Su visión reformista le acarreó la protesta de los ortodoxos brahmanas y mahometanos que llevaron su queja al Maharaja Sikandar Lodi, quien, para preservar la paz, lo desterró de Varanasi. Kabir tenía aproximadamente sesenta años. De allí en adelante, parece haberse movido de un sitio a otro entre varias ciudades del norte de India, siendo seguido por un grupo de discípulos.

Pese a todas sus enseñanzas, tras su muerte, sus discípulos hindúes y mahometanos se disputaron sus restos. Los musulmanes querían darle sepultura y los hindúes querían cremar su cuerpo a la usanza de sus distintas culturas. Kabir entonces apareció ante ellos y les dijo que la mitad de sus restos fuera sepultada y la otra mitad cremada. Al descubrir el cuerpo, encontraron seis rosas, tres fueron sepultadas y tres quemadas y arrojadas al Ganges.

Los relatos sobre su vida expuestos aquí son muy conocidos en Varanasi, su ciudad natal, y han sido transmitidos oralmente de generación en generación para dicha de los oyentes.

                                                                                                                   Shuchitá€

                                                                1999

 


(1) El océano de leche está descripto en la mitología hindú como el origen de seres divinos habiendo sido batido por semidioses y demonios. Su descripción está en el Ramayana.

(2) Shuka fue un santo, hijo de Vyasa, que en su vida anterior le enseñó la historia conocida como Shrimad Bhagavatan al rey Parikshit, nieto de Arjuna, que estaba a punto de morir.

(3) Erudito.

(4) Manto con hijos de oro.