India

 Govinda Damodara Prarthana

Plegaria a Govinda Damodara

 

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La India es una nación que sorprende a cada momento. Más alla de su mística, su floreciente economía y sus antiguos templos, lo más sorprendente es su gente.

          Uno puede que se crea una persona muy paciente y tolerante, pero basta con llegar a la India para sentir que no lo es. Nosotros, los occidentales, nos molestamos por todo, ellos no se molestan por nada.

Por Shuchitá

El indio se postra ante sus padres, sus mayores, sus maestros y ante las almas nobles tocando sus pies. El superior en retorno lo bendice tocando su cabeza. La reverencia es hecha cada vez que uno se encuentra con su superior o en ocasiones especiales en que se busca su bendición para una celebración, inicio de un viaje o emprendimiento en general.

En occidente se preguntan, ¿por qué postrarse ante otro ser humano? ¿Dónde está la superioridad? ¿Acaso no somos todos iguales?

No tocar libros ni personas con los pies

por Shuchitá Mahayoguiní

Si hay algo que refleja la sabiduría ancestral de la India, es el profundo sentido filosófico de sus costumbres populares trasmitidas generación tras generación. Una de esas costumbres, enseñadas desde la niñez en el hogar, es la de no tocar libros ni personas con los pies.

Por Shuchitá

Una de las costumbres típicas en la India es el Arati, que consiste en ondear una llama delante de la Deidad de su adoración. Suele practicarse por la mañana y por la noche. En algunos casos, se mantiene continuamente encendida una lámpara (Akhanda dípa). Esta vieja costumbre algunos creen que se debe a que en los antiguos templos de la India, la imagen de la Deidad (murti) estaba en un lugar oscuro, entonces, para que todos pudieran verla, se ondeaba una luz delante del altar. Después se pasa la lámpara delante de los presentes que pondrán sus manos sobre el fuego y las llevarán a su cabeza y cara. ¿Qué significa esto? La luz se carga con las bendiciones de la Deidad; pasando las manos sobre ella uno toma esas bendiciones y las lleva hacia sí.