CUIDADO CON LOS MONOS
 
RISHIKESH,
23/2/08
 
Queridos alumnos,
                              ¡Hari Om! ¡Namaste!
                              Espero que estén muy bien y constantes en su disciplina con la práctica de Yoga. Yo estoy muy  bien, aprendiendo mucho, y hoy quiero compartir con ustedes algunas reflexiones.
                              En la zona del Himalaya en que estoy viviendo hay muchos monos, algunos marroncitos y otros grises con cara negra. Estos últimos son muy mansos y de buen carácter. Los otros son "bien monos".
                             Observando la conducta de estos simpáticos animalitos, estuve reflexionando sobre su similitud con la conducta humana.
                             Pávanaji me enseñó a no "meterme con los monos", no hay que alimentarlos, ni acariciarlos, porque inmediatamente vienen veinte monos más a reclamar su ración o su caricia. Así que los observo desde lejos, pero cuando paso cerca de ellos, ni los miro.
                             Ayer, cuando venía caminando, me encontré con un devoto belga y anduvimos un trecho juntos mientras yo le preguntaba por la salud de su esposa, que se había retirado con un problema de asma cuando estábamos cantando el día anterior. Pasamos cerca de un monito que estaba disfrutando de algún manjar robado. El señor belga señaló al mono enternecido; entonces miré al mono y mis ojos se posaron en la cáscara de banana que estaba degustando. Rápidamente el mono me pegó en el brazo, desafiante. "¡Oh! - dijo el belga sorprendido - cuidado", y no alejamos, cada uno por su lado.
                           La reacción del monito no es extraña al común de la gente. Si alguien mira lo que un hombre tiene, ya sea un auto nuevo, una hermosa esposa, poder, fama o posición social, inmediatamente surge en él un estado de alerta, de defensa e incluso de enemistad hacia esa otra persona.
                           Muchos creen que el mundo le ocaciona problemas, pero ¿vivimos en armonía con el resto del mundo? Si no miramos lo que otros tienen, ellos no se "meten" con nosotros. Si no deseamos lo que ellos tienen, no serán nuestros enemigos.
                           Pero ese no es el único caso en el que se rompe la armonía de la convivencia. Si uno contínuamente exhibe lo que otros pueden desear, también provocará una reacción de enemistad en ellos. De allí que cuando los Swamis nos dan algún dulce o alguna fruta, nos aclaran "cuidado con los monos". Esto significa que no debemos mostrarlo ante sus ojos codiciosos.
                           Debemos evitar tanto el mirar lo ajeno, como el hacer ostentación de lo que tenemos. Es mejor llevar una vida simple, austera, sencilla, de perfil bajo, "vivir y dejar vivir".
 
                           Por eso, no olviden... "¡cuidado con los monos!" Hablaremos más sobre esto a mi regreso.
 
                           Siempre con ustedes.  Con Amor,
                                                                                  
                                                                               Shuchita