Por Shuchitá

Una de las costumbres típicas en la India es el Arati, que consiste en ondear una llama delante de la Deidad de su adoración. Suele practicarse por la mañana y por la noche. En algunos casos, se mantiene continuamente encendida una lámpara (Akhanda dípa). Esta vieja costumbre algunos creen que se debe a que en los antiguos templos de la India, la imagen de la Deidad (murti) estaba en un lugar oscuro, entonces, para que todos pudieran verla, se ondeaba una luz delante del altar. Después se pasa la lámpara delante de los presentes que pondrán sus manos sobre el fuego y las llevarán a su cabeza y cara. ¿Qué significa esto? La luz se carga con las bendiciones de la Deidad; pasando las manos sobre ella uno toma esas bendiciones y las lleva hacia sí.

 

El Arati se realiza también delante de los sabios y santos.

En ocasiones sociales también se hace el Arati como signo de buen auspicio, para que el conocimiento espiritual ilumine los pensamientos y acciones.

La luz simboliza el conocimiento; la oscuridad, la ignorancia. El Señor es el que ilumina el conocimiento espiritual. El conocimiento remueve la ignorancia del mismo modo en que la luz remueve la oscuridad.

El conocimiento espiritual es una riqueza duradera que nos sirve no sólo para esta vida sino para las siguientes. Encender una lámpara de aceite es una reverencia al conocimiento como la mayor forma de riqueza.

¿Por qué no encender una luz eléctrica en lugar de la antigua lámpara de aceite, que hay que alimentar y limpiar? La lámpara de aceite tiene un significado más sutil. El aceite (generalmente de sésamo) o ghí (manteca clarificada) simboliza las tendencias negativas provenientes del ego. Cuando encendemos el conocimiento espiritual, esas tendencias son quemadas lentamente hasta que se extinguen en su totalidad. La llama de una lámpara siempre se mueve hacia arriba. Similarmente el conocimiento espiritual eleva nuestras vidas.

Una sola lámpara puede iluminar a cientos. Del mismo modo, el sabio puede dar conocimiento espiritual a muchos. El brillo de la llama no disminuye si se la usa para encender otras lámparas. Del mismo modo el conocimiento espiritual no disminuye, si se lo comparte con otros. Por el contrario, incrementa por el sólo hecho de clarificar las ideas para enseñarlas. Se benefician ambos, el Maestro y el discípulo.

Gurudeva Shrí Pávana dijo: “En India me dieron la lámpara encendida, entonces la traje a mi país para compartirla con todos”  OM